En la jornada donde Encuentro por Corrientes (ECO) presentó sus propuestas para el Desarrollo Social de la Provincia, el ex secretario de Acción Social de la Nación, Aldo Isuani demostró cómo se puede garantizar el consumo básico a todas las familias argentinas sin la necesidad de aumentar los fondos que actualmente se destinan a políticas sociales.
El ex funcionario nacional y académico sostuvo que en la Argentina hay 14 millones de pobres, lo que equivale al 30 por ciento de la población.
Agregó que esta cifra es superior a los índices de pobreza del año 1989 cuando existía un contexto de hiperinflación.
Afirmó que “el país tiene problemas de desempleo, subempleo, precarización laboral, pobreza y distribución desigual de los ingresos”.
Ante esta situación, Isuani planteó la necesidad de redistribuir los ingresos hacia una “política de bienestar”. Para ello describió cuales deben ser las “bases materiales del bienestar”. Es así que “se debe establecer un política social que garantice a las familias ingresos y servicios públicos”. Explicó que los ingresos se deben diferenciar entre los incondicionales que deben ser destinados a niños y tercera edad, y los ingresos condicionales destinados a desocupados quienes deberían cumplir una contraprestación consistente en horas de trabajo o finalización de estudios.
Los servicios que debe garantizar el Estado son la educación media completa universal, la atención de la salud, la vivienda y saneamiento, y tarifas sociales (energía, transporte, comunicación).
Isuani agregó que “esta política de bienestar requiere de elementos para una estrategia de ingreso social”. Así definió cuales son los sectores sociales a tener cuenta para este ingreso. Estos son los jefes y jefas de hogar desocupados, los niños sin asignaciones familiares, los jóvenes en riego educativo y los mayores sin cobertura previsional.
Teniendo en cuenta esta clasificación de los sectores sociales más vulnerables trazó un cuadro de ingreso de acuerdo a la realidad argentina en esta materia. Este “ingreso social básico” propuesto destinaría a los ancianos sin cobertura previsional la suma de $600 por beneficio lo que suma un gasto de $ 3.600 millones; las asignaciones familiares serían universales destinándose $100 por hijo, sumando unos $7.200 millones; para los jefes de hogar desocupados un beneficio de $600 que suma unos $1.400 millones; y para jóvenes desempleados $400 que equivale a $1920 millones.
Este cuadro de ingreso fue proyectado en base a datos estadístico correspondientes al año 2008 y suma en total unos $14.160 millones. Isuani comparó esta cifra con los $ 97.000 millones que gastó el mismo año el Gobierno Nacional en políticas sociales y sostuvo que “evidentemente el dinero no llega a quienes lo necesitan”.
“Con esta propuesta se elimina la indigencia y se reduce sensiblemente la pobreza en la Argentina, asegurando así a todas las familias el consumo básico”, dijo Isuani y agregó que “sólo representa el 1,27 por ciento del PBI”. Consideró que “no es necesario una mayor inversión social, sino un mejor gasto del dinero”.
TRAYECTORIA
Aldo Isuani es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales y doctor en Filosofía. Es profesor titular de la cátedra de Sociología Política de la Universidad de Buenos Aires desde 1987. Es investigador del CONICET desde 1989. Fue consultor del PNUD para asesorar a los gobiernos de Panamá, Honduras, República Dominicana, Ecuador, y Nicaragua entre los años 1980 y 1989. Fue consultor del Gobierno de Venezuela en 1991. Director adjunto de UNICEF Argentina entre los años 1995 y 1997. Ocupó cargos directivos y de asesoría en el Gobierno de la Nación Argentina entre los años 1984 y 1986 y fue secretario de Tercera Edad y Acción Social del Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente del Gobierno Nacional en los años 1999-2001.
Ante esta situación, Isuani planteó la necesidad de redistribuir los ingresos hacia una “política de bienestar”. Para ello describió cuales deben ser las “bases materiales del bienestar”. Es así que “se debe establecer un política social que garantice a las familias ingresos y servicios públicos”. Explicó que los ingresos se deben diferenciar entre los incondicionales que deben ser destinados a niños y tercera edad, y los ingresos condicionales destinados a desocupados quienes deberían cumplir una contraprestación consistente en horas de trabajo o finalización de estudios.
Los servicios que debe garantizar el Estado son la educación media completa universal, la atención de la salud, la vivienda y saneamiento, y tarifas sociales (energía, transporte, comunicación).
Isuani agregó que “esta política de bienestar requiere de elementos para una estrategia de ingreso social”. Así definió cuales son los sectores sociales a tener cuenta para este ingreso. Estos son los jefes y jefas de hogar desocupados, los niños sin asignaciones familiares, los jóvenes en riego educativo y los mayores sin cobertura previsional.
Teniendo en cuenta esta clasificación de los sectores sociales más vulnerables trazó un cuadro de ingreso de acuerdo a la realidad argentina en esta materia. Este “ingreso social básico” propuesto destinaría a los ancianos sin cobertura previsional la suma de $600 por beneficio lo que suma un gasto de $ 3.600 millones; las asignaciones familiares serían universales destinándose $100 por hijo, sumando unos $7.200 millones; para los jefes de hogar desocupados un beneficio de $600 que suma unos $1.400 millones; y para jóvenes desempleados $400 que equivale a $1920 millones.
Este cuadro de ingreso fue proyectado en base a datos estadístico correspondientes al año 2008 y suma en total unos $14.160 millones. Isuani comparó esta cifra con los $ 97.000 millones que gastó el mismo año el Gobierno Nacional en políticas sociales y sostuvo que “evidentemente el dinero no llega a quienes lo necesitan”.
“Con esta propuesta se elimina la indigencia y se reduce sensiblemente la pobreza en la Argentina, asegurando así a todas las familias el consumo básico”, dijo Isuani y agregó que “sólo representa el 1,27 por ciento del PBI”. Consideró que “no es necesario una mayor inversión social, sino un mejor gasto del dinero”.
TRAYECTORIA
Aldo Isuani es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales y doctor en Filosofía. Es profesor titular de la cátedra de Sociología Política de la Universidad de Buenos Aires desde 1987. Es investigador del CONICET desde 1989. Fue consultor del PNUD para asesorar a los gobiernos de Panamá, Honduras, República Dominicana, Ecuador, y Nicaragua entre los años 1980 y 1989. Fue consultor del Gobierno de Venezuela en 1991. Director adjunto de UNICEF Argentina entre los años 1995 y 1997. Ocupó cargos directivos y de asesoría en el Gobierno de la Nación Argentina entre los años 1984 y 1986 y fue secretario de Tercera Edad y Acción Social del Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente del Gobierno Nacional en los años 1999-2001.
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